jueves, 25 de diciembre de 2008

El pollo de Navidad salió guerrero


La cena de anoche no se esperaba tranquila, la casa cada día más inclinada, las verduras heladas en nuestro mini huerto, el frío que se colaba por las ventanas desencajadas...

Lo que nos daba cierta tranquilidad era que el pollo que habíamos criado durante los últimos meses no podía fallar. Debía estar tierno y jugoso ya que lo habíamos alimentado con mimo con los restos de nuestras comidas y con su ración diaria de maíz.

Pero, el pollo nos salió guerrero...

Ya le había dicho a mamá que no era bueno darle libros para ir afilando el pico, que quizás con el tiempo iba a aprender a leer y los pollos leídos son muy peligrosos. No me hizo caso y le fue dando libros de filosofía y de ciencia ficción que teníamos repetidos.

El pollo de la cena de Navidad salió a la mesa, se puso de pié, hizo un discurso digno de un pavo real y ..... nos convenció de que sería más útil vivo que en una cazuela.

Menú de la cena de Navidad:
Verduras congeladas con salsa de maíz....y de carne...NADA

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