lunes, 29 de diciembre de 2008

Nos vamos de visita....ciudad nevada y rosa


Hace meses que mi tía Sophie dejó mi país helado y emprendió viaje hacia territorios más poblados.

Decía que un día tras un naufragio encontró un libro varado en la arena y dentro vió mapas de nuevos lugares que debía descubrir. Lugares muy al sur de mi país, quizás en otro planeta. ¿Existen planetas no rodeados por una burbuja? Tengo dudas....

Esta Navidad recibimos noticias suyas. Su viejo pelícano llegó a nuestra casa cada vez más inclinada y nos trajo un gran sobre con noticias de Sophie.

Nadie lo sabe, pero voy a escaparme para ir a verla. Caminaré hacia el norte para llegar al sur en el que ella se encuentra.
Empieza mi aventura.
Me pongo gafas, la luz del norte, aquí, es siempre rosa.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Sale el sol....ganamos inclinación


Hoy ha salido el sol y hoy escribo en amarillo en su honor.
Ya tengo menos frío.
Cuando los hielos de mi planeta se calientan emiten una melodía que alguien dijo que era de Ravel que sonaba como un Adagio para piano.
Ahora lo escucho y mientras miro por la ventana pienso que mi planeta extraño es un buen lugar para vivir.

La casa es un desastre ya que con el nuevo calor de hoy hemos ganado 2 grados de inclinación ( soy la encargada de tomar mediciones cada mañana porque mi letra es más grande y mejor y los números me salen redonditos)
Hoy mi cama ha aparecido sostenida por dos patas, las otras dos estaban a 5 cm del suelo....no es mucho pero lo justo para soñar con lugares cálidos y remotos.

Tengo pereza, no quiero salir a la calle, el sol entra por las ventanas y es suficiente para hacerme soñar. No necesito pasar frío allá fuera ni recoger la verduras congeladas del huerto. Comeré el maíz de nuestro pollo guerrero.
Estoy bien. Tengo sueño.

jueves, 25 de diciembre de 2008

El pollo de Navidad salió guerrero


La cena de anoche no se esperaba tranquila, la casa cada día más inclinada, las verduras heladas en nuestro mini huerto, el frío que se colaba por las ventanas desencajadas...

Lo que nos daba cierta tranquilidad era que el pollo que habíamos criado durante los últimos meses no podía fallar. Debía estar tierno y jugoso ya que lo habíamos alimentado con mimo con los restos de nuestras comidas y con su ración diaria de maíz.

Pero, el pollo nos salió guerrero...

Ya le había dicho a mamá que no era bueno darle libros para ir afilando el pico, que quizás con el tiempo iba a aprender a leer y los pollos leídos son muy peligrosos. No me hizo caso y le fue dando libros de filosofía y de ciencia ficción que teníamos repetidos.

El pollo de la cena de Navidad salió a la mesa, se puso de pié, hizo un discurso digno de un pavo real y ..... nos convenció de que sería más útil vivo que en una cazuela.

Menú de la cena de Navidad:
Verduras congeladas con salsa de maíz....y de carne...NADA

miércoles, 24 de diciembre de 2008

El cuadro está recto....el resto no


La casa por dentro es todo lo normal que podría esperarse en un casa inclinada....

Los muebles llevan cuñas para compensar la inclinación. Por lo demás nada ha cambiado desde que empezamos a perder los cimientos. La mesa del salón se mueve y los platos salen disparados... le ponemos cuña. Las sillas no están nunca en su sitio...les ponemos cuñas. Y así ocurre con una larga lista de objetos....TODOS.

Sólo el cuadro del barco que está sobre el sofá, el que pintó mi abuela Sidney, permanece en su sitio sin perder ni ganar un solo grado de inclinación.

Esta casa es de todo menos aburrida.

martes, 23 de diciembre de 2008

Mi planeta y mi casa péndulo


El frío ya no es lo que era. Ya no tiene tanta fuerza y mi país de los hielos se desmorona, mi casa está a punto de perder sus cimientos y caer al vacío.

Llevo algunas semanas pensando en dejar este lugar, en hacer un largo viaje que me permita tener una casa normal en lugar de este mi hogar péndulo en el que la vida se ha hecho complicada.

A veces me siento en el borde del iceberg cuya superficie delimita mi planeta. Es un planeta irregular y monótono pero tiene buenas vistas.

Pronto me pondré en camino.